Quizás callemos, en nuestras oraciones muchos de los miedos contenidos.
Quizás callemos, en nuestros discursos verdades que no pueden pronunciarse.
Quizás callemos, indecibles dolores a quienes más amamos.
Quizás callemos, silencios que murmuran y gritos que se ahogan.
Quizás callemos y al hacerlo, el corazón escuche y delate nuestros sueños.En nuestras bocas a veces el silencio no puede contenerse
y las palabras se abren paso y encuentran el sonido,
lo posible, entonces, se torna irremediable,
y lo pronunciado no puede ya encontrar retorno.
Al fin el corazón queda exhausto y vacío
como una habitación abandonada por su dueño
con la mirada enajenada
esperando un nuevo desafío o un antiguo deseo.
Quizás callemos, y así encontremos lo tácito más cierto
Aún sabiendo que faltamos a la cita
y no todo lo debido ha sido dicho
nos mentimos gratamente y conspiramos para crear la realidad que nos consuela.
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