martes, 14 de diciembre de 2010

QUIZAS CALLEMOS

Quizás callemos, en nuestras oraciones muchos de los miedos contenidos.
Quizás callemos, en nuestros discursos verdades que no pueden pronunciarse.
Quizás callemos, indecibles dolores a quienes más amamos.
Quizás callemos, silencios que murmuran y gritos que se ahogan.
Quizás callemos y al hacerlo, el corazón escuche y delate nuestros sueños.

En nuestras bocas a veces el silencio no puede contenerse 
y las palabras se abren paso y encuentran el sonido, 
lo posible, entonces, se torna irremediable, 
y lo pronunciado no puede ya encontrar retorno.

Al fin el corazón queda exhausto y vacío
como una habitación abandonada por su dueño
con la mirada enajenada
esperando un nuevo desafío o un antiguo deseo.

Quizás callemos, y así encontremos lo tácito más cierto
Aún sabiendo que faltamos a la cita
y no todo lo debido ha sido dicho 
nos mentimos gratamente y conspiramos para crear la realidad que nos consuela.
 

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