Recorro caminos y al final de cada uno de mis viajes obtengo nuevas vidas.
No es un juego, son tan reales y tangibles que ruedan entre mis dedos y alcanzan mi profundidad creando destellos.
Estan contenidos en el amor, aquel que mi corazón reconoce instintivamente.
Luchando por recrear y acompañar sus primeros pasos, y luego sus primeros meses y luego sus primeros años y asi cada uno de sus logros y cada uno de sus llantos, con la misma pasión.
Son como pequeños avances, grandes hitos e infinitos ocasos y despertares hacia un mañana único e irrepetible.
Son como una sensación de riqueza que no me pertenece y a la cual puedo modelar en gran medida.
Y así, al final de cada uno renace mi amor y obtengo sendas nuevas que me regocijan y completan mi espiritu con una sensación de totalidad restauradora.
A mis queridos pacientes
COL
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